jueves, 15 de septiembre de 2016

PROPÓSITOS NUEVOS. NADAR



Os pongo en antecedentes, tengo prorocientos años, pero aún no me dan la jubilación, cabrones, de mediana edad, ni pa ti, ni pa mi.
Bueno tengo un vecino de 82 años que va todos los días a la piscina. Y yo me he dicho, pues vamos allá, que en invierno debe apetecer mucho estar en agua calentita. 
Bien, pues he ido, una vez, creo que volveré pero a otra hora para que nadie me reconozca.

Mas antecedentes, soy miope, y las gafas de nadar no ayudan a mejorar la visión, os lo digo yo. 

Bien, me pongo mi traje de neopreno, no tengo carnes para bañador.  y me encasqueto el gorro y las gafas, y a partir de ese momento todo el mundo me preguntaba que numero había salido el día anterior en los cupones. 
Mi vecino me fue defendiendo, ya sabéis los caballeros de antes, ha tenido un cáncer así que cuidarla.  Hay dos calles, la de los listos y la de los torpes.
Ellos dicen, los que nadan mas rápidos y los que van más despacio. Por alguna razón sin saber como nadaba me metieron en esa.  La de los torpes. Algo debieron intuir. 

EMPIEZA EL SHOW.

Último antecedente, mido uno setenta y cinco y soy como una araña solo brazos y piernas.

De espaldas me hice un largo. Bien.
A Croll me cansaba mucho así que me puse a nadar a braza. 
TODA LA CALLE PARA MI. 
Todos los de mi calle se tropezaban conmigo y tenían que parar, me desestabilizaron y me agarre a esa cuerda tan mona que separa calles. Parecía un mono loco. 

Conseguí paralizar ambas calles, pero hice amigos. Todos a mi alrededor y de buen rollo.

Después de eso estuve dando saltitos en una esquina y volveré porque como la avestruces, si yo no veo nadie me ve.

Solo daré la dirección de la piscina a quienes tengan todos mis libros. El show vale la pena. 




1 comentario:

Mónica dijo...

anda que ya sera menos, yo aprendi a nadar a los treinta tantos años asi que y soy patosa patosa