lunes, 6 de agosto de 2012

A Chavela Vargas

 Una voz rota, y una vida remendada de tanto engancharse en desengaños.

Una mujer eminentemente libre, dicen que se compró una casa frente al mar, pero no aguantaba los susurros constantes de la olas, hasta ese punto amaba la soledad, espero que donde vueles, te den un traje nuevo, pero conserves la misma voz para cantar en los sueños de quienes te admiramos. (De los otros, también)


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