sábado, 29 de octubre de 2011

Un cuento de difuntos. Parte 2.

Una sombra negra como la muerte, apareció ante Don Álvaro, una forma semejante a un ser humano, podía ver la silueta de la aparición sobresaliendo entre la oscuridad.

. ¿Vienes a por mí?.- preguntó desde el suelo el caballero.

. ¿Para qué querría un hombre roto? .- dijo la voz de trueno. – Vengo por algo que es mío, algo que tomaste a la fuerza.

. Todo lo que tengo, lo tome a la fuerza. ¿Qué es lo que te quite a ti?

. El libro de los muertos.

. No está en mi poder..

. Lo sé.- dijo interrumpiéndole.

Otro rayo de luz blanca se estremeció en el cielo tratando de alcanzar con sus dedos los límites de la oscuridad.

. Si lo sabes, ¿Qué quieres de mí?

. Tu buen señor, ha empezado a utilizar el libro y a invocar a las sombras, almas que me pertenecen. Quiero que lo recuperes.

. ¿Cómo podría hacerlo?. Si pensáis que su excelencia me lo dará sólo porque se lo pida, es que sois un incauto. Utilizar vuestras mañas y vuestra magia poderosa para haceros con él.

. ¿Pensáis que tengo una magia poderosa?

. Habéis descabalgado de un relámpago, mis ojos ven cuando uno de ellos no está, y estoy apoyando una mano que no tengo para mantener el equilibrio. O sois un mago poderoso, o estoy muerto. Si este es el caso, llevadme al infierno.

. Soy poderoso, pero no puedo acercarme al libro. Conseguidlo para mí y no habrá dolor en vuestra vida, estaréis completo de nuevo, gozando de vuestras tierras, incluso puedo prometeros un heredero para vuestro nombre.

(Continuara…)

1 comentario:

Lucía de Vicente dijo...

uy, uy, uy. ¡La tercera y última entrega, Lury, por Dios!